El proyecto para Krispy Kreme en Plaza Sabori, Pradera Concepción, fue un excelente ejemplo de cómo una buena coordinación entre todas las partes puede hacer que una instalación sea rápida, ordenada y sin contratiempos. En este caso, trabajamos muy de cerca con la arquitecta del proyecto, quien nos proporcionó desde el inicio el detalle exacto de las características que debía tener cada mueble.
Durante la etapa de diseño se tomó en cuenta qué equipos debían ir debajo de cada mueble y las medidas específicas necesarias para que todo encajara perfectamente. Esto permitió fabricar el mobiliario en acero inoxidable con total precisión, evitando ajustes de última hora y facilitando el trabajo de los demás equipos involucrados en la obra.
Además del mobiliario, se le vendió al cliente la mesa fría y la máquina de hielo, equipos que fueron seleccionados específicamente para encajar de manera exacta dentro de los muebles fabricados. Esta integración entre equipo y mobiliario ayudó a que el kiosco funcionara como un solo conjunto, optimizando el espacio y mejorando la operación diaria.
Todo el kiosco se construyó alrededor del mobiliario. El día que realizamos la entrega, inmediatamente iniciaron los trabajos de carpintería y electricidad para conectar y finalizar detalles. Gracias a esta planificación, en tan solo cinco días el local quedó completamente terminado y listo para operar.
Este proyecto demuestra la importancia de un diseño bien definido desde el inicio y de contar con un proveedor que pueda integrar mobiliario y equipo de forma precisa, permitiendo aperturas rápidas y procesos de instalación mucho más eficientes.